Un terremoto con nombre y temperamento de césar: Marco.

¡Hola, hola!

En una de mis entradas anteriores os presentaba a Laurita, mi hija mayor y una de mis grandes fuentes de inspiración, y hoy le toca el turno al hombre de mi vida, aunque sólo lleva unos cuantos meses en ella: Marco.

Marco llegó al mundo a finales del año 2016, era un bebé muy deseado por mi parte ya que, si bien había dicho y requetedicho mil veces que no iba a tener más hijos, el destino dio un vuelco para que recibirlo a él fuera uno de los acontecimientos más esperados de mi vida.


Es un niño guerrero, llegó al mundo llorando como si no hubiese un mañana, y así siguió durante más de una hora (su padre y yo empezábamos a asustarnos...sabíamos que Marco iba a ser de armas tomar), pero también era muy comilón, con lo que la comida calmaba bastante su llanto, :)


Durante su primera semana de vida hice simulacros de sesión de fotos, pero no me daba para una o dos fotos. A los siete días fue su primera incursión oficial en mi estudio como modelo de recién nacido y bueno, yo no puedo ser muy objetiva, pero era un bombón, tan redondito y blanquito.


Cuando cumplió 16 días fuimos al estudio de Carmen Élepe, donde ella nos hizo una sesión preciosa, en la que Marco se portó....¡fatal! Ese día Carmen sin duda se ganó el sueldo, por que eso sí, el resultado fue fantástico. Aquí os dejo una de sus fotos.

        foto y edición de Carmen Élepe

Y a partir de ahí todo fueron sonrisas, cuidados, y amor, mucho amor.


Por que Marco en casas es eso, es puro amor. Todo el que desprende y todo el que nos hace sentir, tanto a su padre, como a su hermana o a mí. Ha sido maravilloso, aunque a veces saque ese genio del que a menudo le gusta presumir, los momentos en los que nos arranca una carcajada los superan con creces. Y por supuesto su hermana se desvive por él, es toda una súper nanny, y es tan bonito ver lo mucho que lo quiere... Tienen razón cuando dicen aquello de que no hay nada más bonito que el amor entre hermanos (sí, ya tendrán tiempo de odiarse, pero ahora es muy bonito, jajaja).




Para su cumpleaños nos fuimos de viaje, va a ser todo un aventurero, le encanta mirar a través de cada hueco, meter las manos donde no debe, y no se me ocurrió mejor forma de interpretar este primer año con nosotros. Nos ha hecho descubrir nuevas formas de concebir la familia, y el amor.


Han pasado unos meses, ya corre que se las pela, pero sigue con esa sonrisa infinita, y ojalá y vivamos muchos años disfrutando de su eterna felicidad. 







¡Espero que os haya gustado este post! ¡Nos vemos en el siguiente!



Un abrazo,


Lau G.












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